la realidad es que en este momento todo lo que tiene que ver con el puesto de trabajo gira en torno a la figura del ordenador personal. Efectivamente, esta herramienta se ha convertido en el elemento imprescindible para poder desempeñar, de forma eficaz, las labores que se nos han encomendado. Bien es cierto que ni todos los cometidos que se encargan son los mismos ni existe un puesto de trabajo estándar para todos los empleados. No obstante, lo que pretendemos aquí es ofrecer una serie de recomendaciones generales destinadas a facilitar, en la medida de lo posible, la toma de decisiones y, sobre todo, optimizar los recursos disponibles para hacer más rápida y productiva la actividad encargada al empleado. Un puesto de trabajo, por lo tanto, puede mejorar su rendimiento 1. Con una pantalla más grande o, en un caso extremo, colocando dos pantallas. Está comprobado, por ejemplo, que una pantalla de 24″ permite al empleado trabajar con dos documentos en formato A4 abiertos en paralelo que, si lo pensamos fríamente, es lo que se necesita en muchas ocasiones. En todo caso estamos hablando de una medida efectiva y, al mismo tiempo, sencilla puesto que no representa un esfuerzo enorme para la compañía. 2. Dotando de bases que faciliten una rápida y fácil conexión del portátil a la intranet de la empresa. El beneficio que se logra es doble. Por un lado, ampliamos la capacidad del portátil y, por el otro, permitimos que nuestro empleado pueda disponer (gracias a esta herramienta) de información actualizada al instante. Una documentación, además, que puede ser consultada en cualquier momento si esta herramienta está conectada a Internet. Ni que decir tiene que, en este caso, también es recomendable establecer un sistema de control y seguridad adecuado para evitar la pérdida o el robo de datos sensibles para la empresa. 3. Dotar de más memoria a los equipos. Una simple ampliación de la memoria RAM de nuestros ordenadores incrementará por dos su capacidad de trabajo. Igualmente, como ventaja añadida, conseguiremos alargar la vida útil de nuestro hardware. 4. Aprovechar las oportunidades que ofrecen los discos SSD para el almacenamiento de datos. En la actualidad, los tradicionales discos duros mecánicos han quedado obsoletos frente a los discos SSD por varios motivos. El motivo fundamental es que estamos ante un equipo que ofrece más rendimiento. Asimismo, los SSD permiten que la gestión de datos de la empresa resulte más rápida, segura y, sobre todo, eficaz. 5. Renovar y actualizar las tarjetas gráficas de los equipos. Si estamos hablando de mejoras en el aspecto gráfico, la disyuntiva puede estar entre adquirir un nuevo ordenador (con el coste de tiempo y dinero que supone) o, simplemente, dotar a nuestros equipos de una tarjeta gráfica más potente. En este último caso, lo único que deberemos tener en cuenta es que este equipo sea compatible con nuestro hardware. 6. Contar con un sistema operativo optimizado. En este punto nuestra recomendación es que este punto forme parte del análisis previo que debe hacerse antes de diseñar y ejecutar la infraestructura tecnológica que servirá de apoyo a la empresa. Efectivamente, pensar sobre los programas que se van a usar y compartir antes de implantarlas en nuestros equipos puede ser una medida muy efectiva para ahorrar tiempo y, sobre todo, mucho esfuerzo y dinero después. Y 7. Instalar programas optimizados en el consumo de datos y recursos. No hay nada mejor para ahorrar que disponer de un software que resulte eficiente en el consumo de recursos y energía. Para ello se aconseja un buen estudio de programas como de la compatibilidad. De nuevo, como en el punto anterior, sería deseable que esos análisis se hagan antes de llevar a cabo la infraestructura tecnológica de la compañía. ¿Está interesado en que le ampliemos alguno de los puntos que le acabamos de mencionar? ¿Quiere conseguir más información al respecto? ¿Nos permite ayudarle? Infórmese sin compromiso: info@cistec.es Estaremos encantados de poder atenderle.  ]]>