Dice la anécdota que dos exploradores estaban perdidos en medio de la selva cuando se percataron de que les empezaba a perseguir un león hambriento. La reacción de uno de esos dos exploradores fue agacharse para cambiarse las botas que llevaba en ese momento por unas zapatillas deportivas. Ante esa decisión, el otro explorador le comentó la inutilidad de ese gesto dado que el león era mucho más rápido que ellos a lo que el primer explorador le respondió: «Ya lo sé. Lo que se trata ahora es de que yo sea mucho más rápido que tú«. En un mercado hipercompetitivo y globalizado como el que se enfretan nuestras empresas, la supervivencia es la regla número uno de cualquier idea de negocio. Para conseguirlo, se vuelve imprescindible cumplir con el viejo adagio olímpico de «más rápido, más fuerte, más alto«. Efectivamente, los gestores de nuestras compañías analizan todas las variables para conseguir organizaciones más flexibles, polivalentes, que dén mayor rendimiento y que supongan, además, un coste asumible o, al menos, cada vez más optimizado. Si se realiza bien esa tarea, la subsistencia está garantizada pero alcanzar ese primer nivel tampoco es suficiente. Hay que establecer mecanismos que garanticen que, una vez asentado el negocio, éste empiece a crecer y llegados a ese punto las decisiones que se tienen que tomar son tan importantes como los primeros pasos que se asumieron en su momento para poner en marcha el negocio. Las últimas estadísticas aseguran que lo peor ha pasado ya y que, aunque sea de forma tímida, se ha iniciado un proceso de reactivación muy positivo para impulsar el crecimiento y consolidación de nuestras empresas. Por lo tanto, para los próximos meses, el gran quebradero  de muchas compañías va a ser «¿cómo conseguir un desarrollo sostenible de nuestra idea de negocio?» No se pueden repetir errores del pasado y, entre esos factores que la crisis ha puesto en revisión está cuánto queremos invertir en nuestra organización. El modelo de «puesto de trabajo» (mobiliario + ordenador) de toda la vida está en cuestión así que la ‘Gran Pregunta’ es: «¿Qué estructuras necesitamos, efectivamente, para ser más productivos y con un coste asumible?». Es aquí donde la «Virtualización de Escritorios» se plantea como la alternativa más eficaz y económica para conseguir un crecimiento ordenado y sostenible de nuestra compañía. Tal y como señala su nombre, lo que se pretende es poner los instrumentos para la creación de nuevos puestos «virtuales» totalmente integrados con el resto de la organización. Las nuevas tecnologías no solo han hecho posible este gran paso, impensable hasta hace unos años. Una «Virtualización de Escritorios» que planificada, diseñada, desarrollada e implantada por una empresa de total confianza y trayectoria contrastada puede reportar estas cinco grandes ventajas para su organización: 1. Reducción de costes. Como hemos comentado anteriormente, no resulta ya imprescindible la adquisición de nuevo hardware o, a lo sumo, la partida dedicada a este apartado queda muy limitada. 2. Aumenta exponencialmente la disponibilidad. Al trabajar sobre plantillas, se pueden recrear tantos puestos de trabajo virtuales como sean necesarios lo que, igualmente, aporta una ventaja adicional: la empresa se introduce en una economía de escalas que puede resultar muy beneficiosa por los objetivos que alcanza en menor tiempo y menor coste. 3. La virtualización en ningún caso supone un riesgo. Al contrario, aporta un mayor control en cuanto a la gestión de la información que se comporte y, al mismo tiempo, incrementa notablemente los controles de supervisión y seguridad sobre los sistemas con los que trabaja los miembros de la empresa. 4. Es un mecanismo rápido, ágil y que garantiza una plena integración casi en tiempo real o, por lo menos, en un espacio de tiempo muy breve. En este punto, el crecimiento no debe enfrentarse a mayores dificultades que el periodo de formación del nuevo trabajador en las nuevas herramientas que se le facilitan. La mayoría, cada vez más fáciles de manejar. y 5. Introduce unas variables muy importantes de flexibilidad y movilidad que redundan en un menor tiempo de respuesta tanto para poner en marcha nuevos procesos de trabajo como para responder a las últimas necesidades del mercado. Una vez planteados estos beneficios, ahora, la decisión es suya. ¿Quiere conseguir más información y que su empresa sea beneficiaria de todas estas ventajas? Infórmese sin compromiso: info@cistec.es Estaremos encantados de poder atenderle.    ]]>