La digitalización puede suponer para la economía española un impacto económico positivo que algunos expertos valoran en 40.000 M€. ¿Qué se necesita para lograrlo? Inversión, más y mejor colaboración público-privado, conectividad y planes de ciberseguridad, entre otros factores. Lo mejor, concluyen esos responsables, es que «todavía hay mucho margen de mejora».  La Industria 4.0 o Industria Inteligente, base la cuarta revolución industrial, supone la introducción masiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el mundo industrial y dotar de conectividad e inteligencia a todos los activos que forman parte de la cadena industrial, desde las máquinas y las personas a los procesos y el producto final. “Se automatiza la mayor parte de los procesos y se modifica la manera en que se han fabricado, en que se distribuyen y se comercializan los productos. Toda la cadena de valor implica que las operaciones de la compañía cambian”, apunta Rebeca Marciel, que lidera actualmente la consultoría digital de Gartner en España y Portugal. “Es un tema de adaptarse al nuevo entorno”, agrega el director de Internet de las Cosas (IoT) de Vodafone España, Daniel Barallat, que explica que esto va tanto de lograr lotes de fabricación “más pequeños” y “personalizados”, como de “trabajar con costes unitarios muy competitivos” y con plazos de entrega “más cortos”. “O abordas un proceso de transformación, que en algunos casos se llama Industria 4.0, o estás muerto”, añade.

Inversión, pública y privada

Y para abordar esa transformación, a juicio de Marciel, hace falta inversión, tanto pública como privada, pero también que las administraciones desempeñen un papel mayor conectando a las empresas y a las diferentes industrias para extraer las sinergias que puedan existir de compartir “buenas prácticas”. El director general de Industria y Pyme, Mario Buisán, ve también necesario “avanzar en profundizar” la colaboración público-privada, que, explica, ha sido la estrategia del Gobierno en materia de Industria 4.0 “desde el minuto uno”.
“Esto es un reto de país, un reto conjunto. Aquí nos estamos jugamos todos mucho y si no vamos de la mano, realmente vamos a fracasar”, explica Mario Buisán, director general de Industria y PYME.
El responsable de coordinar la estrategia de Industria 4.0 en el centro tecnológico Tecnalia, Mikel Sánchez, coincide en la importancia de contar con mayor inversión, innovación y colaboración entre empresas y administración, pero cree que lo primero que tiene que hacer una compañía es “definir el plan” de lo que quiere conseguir.

Un cambio de mentalidad

“La Industria 4.0 pone encima de la mesa herramientas nuevas, digitales, que puedo utilizar, pero, al final, los objetivos tienen que estar claros”, explica el experto, para quien también se hace necesario cambiar muchas mentalidades y garantizar una conectividad “medianamente decente” en las fábricas. “Se habla de Industria 4.0 y de Internet de las Cosas (IoT) industrial y luego hay plantas con verdaderos problemas para proporcionar una conectividad medianamente decente que permita sacar la información de esas fábricas”, explica. “Si esas autopistas no están o son deficientes, tendremos un problema”, recalca.
También resulta “muy importante” la ciberseguridad, ya que la industria 4.0 “entraña ciertos riesgos que hay que atender” porque se está abriendo “puertas hacia el exterior” y “gente maliciosa desde el exterior podría tener acceso a datos sensibles de nuestras empresas”, apunta Mikel Sánchez (Tecnalia).
“Hay que tener conciencia de ello y activar un plan de ciberseguridad para estar lo más seguros posibles” añade. El experto en Derecho y Estrategia Digital Borja Adsuara, por su parte, pone el acento en “la parte ecológica y sostenible”: “Lo que espero de la industria 4.0 es que produzca mucho más respetuosamente con el Medio Ambiente. Eso es lo verdaderamente inteligente”. Fuente: EFEfuturo.com]]>