El tema de la seguridad es algo que atañe y preocupa a todos por igual. ¿Es suficiente con una contraseña por muy potente que sea para proteger nuestra intimidad? ¿Existen otros métodos de identificación de usuarios? ¿Qué podríamos hacer para evitar que nuestra contraseña sea descifrada por un desalmado? Afortunadamente ya se está trabajando para sustituir las contraseñas. Los esfuerzos actuales se centran en crear lo que se conoce como un retrato digital. La autenticación biométrica que emplean empresas como por ejemplo BioCatch, según informa la BBC, se basa en diferentes registros e informaciones. De ese modo se puede realizar un retrato de una persona gracias a, por ejemplo, sus huella dactilar, su voz, su altura, su peso o incluso su cara, la cual se ha utilizado, incluso, en dispositivos móviles. Otra de las posibilidades es las de desarrollar un «perfil cognitivo» del usuario para ir elaborando una autenticación a partir de nuestros usos y costumbres de un dispositivo. Por ejemplo, dónde ponemos las ventanas, la velocidad a la que tecleamos, la manera de movernos a través de la pantalla con nuestro ratón, etc. De este modo si alguno de nuestros patrones de comportamiento cambiase, el software que nos protegiese podría parar el ordenador o cualquier otro dispositivo instantáneamente. Por el momento estos son los métodos en los cuales se está trabajando para mejorar la seguridad tecnológica. Hay otros métodos como los token que crean passwords de usar y tirar, son dispositivos USB con una pequeña pantalla que muestran una contraseña de un solo uso para aplicaciones específicas, pero de momento se usan en la industria altamente especializada. Así que por el momento el mejor consejo que podemos seguir para que nuestras contraseñas sean lo más seguras posibles y que no nos pase como a las famosas es que usemos un password largo, que no sea una palabra reconocida y que podamos cambiar con regularidad. Artículo elaborado por Marc Sala para la página web: alt1040.com]]>